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Iniciarte en el arte de escribir 2

2 PARA INICIARTE EN EL ARTE DE ESCRIBIR

Cuando ya te has decidido a escribir y ya has leído al menos un ramillete de cuentos de escritores consagrados y estás ante la hoja de papel en blanco a punto de iniciar tu proceso creativo, recordarás que en el video anterior te dije que tu primera tarea era pensar en qué quieres escribir, qué quieres decir, cómo va a terminar el cuento. Porque después de esto, vamos a diseñar el personaje o los personajes, los ambientes, las épocas, el narrador y otros aspectos. En este video, asumo que ya respondiste a las preguntas 1 ¿Qué quieres decir? y 2 ¿Cómo quieres que termine el cuento?. También asumo que ya estás llevando un diario personal, así que procederé a explicarte cómo diseñar a los personajes, basándome en lo dicho por algunos teóricos importantes.

Primero, debes tener en cuenta lo dicho por Eward M. Forster en su libro “Aspectos de la novela”, en el sentido de que hay personajes “planos” y personajes “esféricos”. A los primeros, en inglés se les conocía como “humours” en la Inglaterra del siglo XVII y “a veces se les llama tipos o caricaturas”. En su forma más pura “se les construye en torno a una sola idea o cualidad”. Recordarás que en el video anterior mencioné al cuervo del poema más famoso de E.A. Poe y a Barthleby el escribano de la novela corta de Melville. Ambos pueden ser definidos por el estribillo que emiten a lo largo de ambas obras, con muy pequeñas variaciones. El cuervo de Poe contesta “jamás” en tanto que Barthleby dice “preferiría no hacerlo”. Lo mismo pueden aparecer en poemas, que en cuentos y novelas. Por ejemplo, La princesa de Parma en las novelas de Marcel Proust.

Estos personajes tienen la gran ventaja de que se reconocen desde la primera vez en que aparecen. Además, el lector los recuerda posteriormente con mucha facilidad. Aquí lo interesante es pasar estos personajes por una serie de ambientes, situaciones y conflictos con otros personajes siempre cambiantes, para que ellos respondan con su estribillo. El reto es hacer verosímil la respuesta, pero el resultado puede ser muy divertido o intenso. Dice Forster que la mayoría de los personajes de H.G. Wells “son tan planos como una fotografía”. Otro ejemplo de personaje plano es Bond, James Bond. Es un personaje plano, pero nos mantiene siempre en suspenso y cada vez que reacciona como esperamos que reaccione, nos entretiene. Nos hace reír, nos tiene con el alma en un hilo, pero siempre hace lo que se espera de él.

En cambio, los personajes esféricos son los que no se pueden definir con una fórmula simple. Cuando en un personaje aparentemente simple empieza a aparecer más de un factor, se empieza a trazar una curva que acabará por convertirlo en esférico. Dice Forster “la prueba de un personaje esférico consiste en averiguar si es capaz de sorprender de manera convincente. Si no sorprende, es plano. Forster no define mayormente a este tipo de personajes, pero sí nos da lista con algunos de ellos: todos los personajes principales de La guerra y la paz de Tolstoi, todos los de Dostoyevsky, la duquesa de Guermantes de Proust, Madame Bovary y Moll Flanders. Estas dos últimas, tienen todo un libro para ellas solitas y para expandirse a voluntad. Dejemos a Forster, y pasemos a oír los consejos que el dramaturgo Lajos Egri nos da en su libro “El arte de la escritura dramática”.

Este autor dice que para diseñar un personaje hay que hacerlo construyendo una columna vertebral tridimensional. La primera dimensión es la fisiológica, la segunda la sociológica; y, la tercera, que es producto de las dos anteriores, la psicológica.

En lo personal, me parece que la más fácil de diseñar es la fisiológica, en la que tienes que indicar sexo, edad, estructura y peso, color de cabellos, ojos, piel, postura, apariencia (bien presentado, sucio, gordo, flaco, etc.), defectos tales como deformidades, anormalidades o marcas de nacimiento, enfermedades y herencia biológica. Por ejemplo, Goebbels tenía una pierna más larga que otra, lo cual es una deformidad o anormalidad. Si quieres que tu personaje evoque a este individuo, pues indica que tiene una pierna más larga que otra. Si no se te ocurre nada y no quieres tomar modelos de la vida real, haz papelitos y tíralos al azar. Por ejemplo, con estatura y peso. Luego métete a un sitio del internet a ver qué índice de masa corporal tiene si, por ejemplo, salió que era un hombre de 1.62 metros de estatura y 75 kilos de peso. Otros te recomiendan que hagas numeritos de mes y día, para que hagas un sorteo con ellos y cheques qué signo del Zodíaco le corresponde y de ahí tomes las características que le corresponden. Por ejemplo, si es Géminis, sea cierto o falso, te diran que es “curioso, adaptable y capaz de compartir ideas, con ojos expresivos, rápido, brillante y de rasgos refinados, le agradan los libros, la música y los viajes, tiene amigos por todas partes. Habrá ocasiones en que este amigable signo quiera vivir momentos y actividades peligrosas, aunque también le gustan las actividades tranquilas y hogareñas. Su grupo de amigos es abundante y en ocasiones muy diverso.” Poe te recomienda que no dejes nada al azar, pero otros autores te recomiendan que juegues con el azar para estimular tu creatividad. Total, estás en el área del diseño. Lo que sí debes tener en claro es que al menos uno de tus personajes debe ser fuerte, impulsivo, ambicioso. Pues si tanto tu protagonista como tu antagonista son como Barthleby el escribano, la historia no va a avanzar. Lo importante es que el protagonista persiga un objeto del deseo con mucha intensidad y tanto el antagonista como el ambiente y las circunstancias le pongan obstáculos para alcanzarlo. Pero me estoy adelantando, aún falta definir las otras dos dimensiones.

Para definir la sociología de un personaje, debes indicar a qué clase social pertenece: baja, media, alta, muy alta o muy pobre. Además, debes indicar ocupación, educación, hogar paterno, religión (o ausencia de ésta), raza, nacionalidad, lugar en la comunidad, filiación política, diversión, pasatiempos, deportes, libros, periódicos que lee. En la actualidad, en qué red social anda, qué tipo de videos o memes le gustan, y así sucesivamente.

Una vez definidas las dos dimensiones anteriores, puedes pasar a la siguiente, la psicológica. Por ejemplo, si tu personaje es asténico, flaco, perezoso, conformista y tímido, no le vayas a asignar un temperamento colérico, pues el colérico es rápido, activo, práctico, voluntarioso, autosuficiente, muy independiente, decidido y de firmes opiniones, tanto para él mismo como para otras personas, y tiende a tratar de imponerlas, es extrovertido, prefiere la actividad y tiende a ser manipulador. ¿Se imaginan a un Barthleby el escribano con carácter colérico? En vez de decir “preferiría no hacerlo” tal vez diría “lo voy a hacer con gusto; pero, ¡carajo! también haz tú lo tuyo, pues si no eres parte de la solución, eres parte del problema. Ya sabes que aquí está Barthleby para sacarte de apuros, como cuando te metieron al torito por manejar borracho. Si no es por mí, ahí habrías pasado toda la noche. Ya sabes que cuentas conmigo para resolver toda clase de problemas, pero dame algo a cambio ¿No? ¿Yo que gano con eso?”. Sería un Barthleby atlético, fuerte, arrogante, hiperactivo.

Entonces, para definir la dimensión psicológica, la cual es la más importante, tienes que establecer cuál es su vida sexual, cuáles sus normas morales, su premisa personal (la de Barthleby es “preferiría no hacerlo”), su ambición; esto es, lo que Robert McKee define como su “objeto del deseo”. Esto es muy importante. ¿Se imaginan la novela Moby Dyck con un capitán Acab que siempre dijera “preferiría no hacerlo”? De hecho, las dos novelas son de Hermann Melville, pero el capitán Acab tiene un objeto del deseo muy diferente al de Barthleby.

Continuando con la dimensión psicológica, según los consejos de Lajos Egri, también tienes que indicar sus frustraciones, sus principales decepciones, su temperamento; esto es, si es colérico, tranquilo, pesimista, optimista; su actitud ante la vida, resignado, militante, desafiante; sus complejos, obsesiones, inhibiciones, supersticiones, fobias, es introvertido o extrovertido, qué habilidades tiene, qué idiomas habla, es imaginativo o no, ¿tiene capacidad de análisis? ¿Tiene buen gusto o es kitsch?¿es equilibrado o desequilibrado? ¿Qué tan inteligente es? Puedes asignarle una cifra que determine su coeficiente intelectual ¿es tonto, normal o genio?Todo esto determinará su relación con el ambiente que le toca vivir, lo cuál es muy importante. Antes de dejar a Lajos Egri, lo citaré por última vez, pues nos recuerda que “No hay dos individuos que reaccionen de manera idéntica, porque no hay dos personas iguales”.

Recuerda que Poe dice que no debes dejar nada al azar, que tienes que definir lo que quieres decir y cómo va a terminar la historia. Nos dice que él escogió al cuervo, porque es un ave de mal agüero y es una criatura no razonable que por un azar del destino pronuncia las palabras “jamás” y “nunca más”. El otro personaje debe ser un personaje más redondeado, el amante privado de su objeto del deseo, de su amada. Le hará cientos de preguntas al ave funesta, con la esperanza que le diga “sí, está viva, la volverás a ver”. Pero cada “jamás” y “nunca más” son contundentes. Lo importante es cómo Poe construyó el arco dramático de este poema, el conflicto siempre ascendente. Pues Poe buscaba crear un efecto y lo logra magistralmente cuando el amante ya no pregunta, sino que ordena “Arranca tu pico de mi corazón y precipita tu espectro lejos de mi puerta” y el cuervo le responde “nunca más”.

En otras palabras, además de tener claro qué quieres decir y cómo va a terminar la obra, tienes que diseñar al menos un personaje esférico que entre en conflicto con otro igual de fuerte que él, pero que de alguna manera se oponga a la lucha del protagonista por alcanzar su objeto del deseo, con una intensidad igual o mayor a la del protagonista. Dicho de otra manera, cuando definas el final de tu cuento, debes elegir entre un resultado positivo o uno negativo. En otras palabras, resolver si el final será feliz, triste o incluso trágico.

En el próximo video hablaremos de cómo diseñar la estructura y en un cuarto video, cómo analizar cuentos famosos. Otros temas a tratar son la voz narrativa, los puntos de vista y las focalizaciones. Esto no termina hasta que se termina. Si llegaste hasta este momento del video te felicito. Pues hay quien quiere aprender a escribir, pero como tiene cabeza de chorlito, se salió de este video a los primeros quince segundos y se perdió de lo mejor. Es evidente que no soy un Fédor Dostoyevsky ni un Julio Cortázar, pero lo que te he proporcionado está documentado en una investigación que me ha tomado años de estudio, tanto de lecturas como de asistencia a talleres presenciales y a ti te lo estoy proporcionando de manera gratuita. Así que si te parece que hablo mucho y digo poco, por favor vuelve a ver el video o busca la conferencia en mi blog y trata de leer las obras que estoy citando y a hacer las actividades que te propongo, antes de emitir comentarios negativos y superficiales, pues te he proporcionado más información de la que te imaginas.

Para finalizar, tu actual tarea es diseñar dos personajes. El primero, construyendo la columna tridimensional que te propone Lajos Egri y con énfasis en su ambición u objeto del deseo, el cual tiene que ser acorde con la tesis o hipótesis que quieres plantear (lo que quieres decir, pues) y el final, alegre, triste o trágico que creaste a raíz del video anterior. Una vez que tengas esto, define al antagonista. Como ejercicio, te propongo que construyas un personaje plano como el cuervo de Poe o Barthleby el escribano de Melville o James Bond. Pero, si quieres que el antagonista también sea esférico, adelante. De hecho, puedes diseñar al antagonista de las dos maneras y luego ver cuál es el que funciona mejor para la evolución de tu cuento.


Si te gustó este video y quieres seguir todo el curso, suscríbete al canal de Youtube Francisco Gonzalez Christen o busca los textos de estas conferencias en el blog de mi página web frankescritor.com.



Leer y escribir es una buena estrategia para quedarte en casa mientras se resuelve el asunto de la pandemia haciendo algo divertido y productivo. Cuídate, que quiero leer tus cuentos y ¡hasta la próxima!.

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